Aspirar hacia una Suprema Corte independiente
2020-06-20
Solamente hay una institución que puede frenar los deseos autoritarios de cualquier presidente: la Suprema Corte de Justicia. Esta semana en los Estados Unidos de América, tuvimos noticia de dos casos judiciales mediante los cuales la Corte Suprema revirtió dos políticas regresivas del presidente Donald Trump: (i) la discriminación laboral por preferencia sexual; (ii) la deportación de «dreamers» en Estados Unidos.
La aspiración hacia una política judicial de una Corte Suprema fuerte y equilibrada, como la de Estados Unidos, también puede lograrse en los países latinoamericanos. Sin embargo, hay una serie de retos durante el procedimiento de selección o designación hacia donde tenemos que avanzar con mayor determinación. Existen aún problemas comunes:
En Guatemala, en donde se está llevando a cabo el procedimiento para designar a los magistrados y magistradas de la Corte Suprema, una buena mayoría de los candidatos están bajo investigación de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, por su vinculación a un grave caso de corrupción judicial.
En México, recientemente un Tribunal Colegiado validó implícitamente la selección de una ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no obstante que previo a su designación por el presidente de la República, fungía como una subordinada de éste (ex jefa de la oficina de impuestos en México).
En los países latinoamericanos debemos caminar hacia procesos en los que, quienes tengan la facultad de nominar a personas para ocupar un cargo, deban fundar suficientemente las razones por las que una u otra persona es idónea para el cargo en el más alto Tribunal.
En la foto, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de México. Crédito: Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho.